lunes, 27 de agosto de 2012

Con la sangre de inocentes.


Bolinaga tiene derecho a todo aquello que la ley le permita pero no a un estado de gracia carente de toda justicia. Más aún cuando el informe forense señala que "en la actualidad el enfermo no se encuentra en fase terminal y únicamente presenta leves síntomas clínicos".

Atendiendo a la escala Karnofsky, a través de la cual se mide la capacidad de los pacientes con cáncer de realizar tareas rutinarias, Bolinaga se encuentra en uno de los estadios más leves de esta enfermedad.

No entiendo como hace una semana, médicos de un hospital de San Sebastián fueron capaces de firmar un diagnóstico en el que se abogaba de manera tajante por la libertad de dicho asesino al catalogar la enfermedad que padece como una razón necesaria y suficiente para su excarcelación.

Soy consciente de mi poca objetividad al tratar dicho tema pero una persona capaz de matar a sangre fría y a bocajarro a tres inocentes Guardia Civiles, habría de tener unicamente derecho a pudrirse en una carcel hasta el final de sus días.

Porque estos eran de los del tiro en la nuca. De los que hacían guardia en el portal anotando las horas y los días en los que su "presa" salía de casa. Estos hijos de la gran puta eran de los del coche bomba, de los del paquete bomba, de los de cuantos más, mejor. Luchaban por la libertad utópica de una tierra que sin pedir permiso hicieron suya. Una Euskal Herria teñida de la sangre de todos y cada uno de los españoles que asesinaron por una causa que sólo fue suya.
Dieron ultimatums para hacer cumplir unas exigencias que cualquier Estado de Derecho no podía permitir. Y el nuestro no lo hizo.

Recuerdo con franca tristeza la imagen de los cadáveres tendidos sobre la acera. Una época en la que los concejales de uno y otro color, morían como auténticos perros. Una época en las que ardían cajeros, autobuses, cubos de basura y sedes políticas a manos de los llamados cachorros, la cantera de E.T.A. Una época en la que una gran mayoría social de las Vascongadas vivía bajo el yugo de las cartas de extorsión.

La época de los GORA ETA con el puño en alto, la Ikurriña izada y las dianas en los portales de los txakurra. Una de las épocas más sanguinarias de una banda formada por auténticos bastardos. Bastardos que jugaron con la sangre de inocentes.

domingo, 19 de agosto de 2012

Tú.

Seré breve. Porque cuando hablo de ti, lo hago sin artificios, sín envoltorios...te miro a escondidas porque es cuando más me gusta verte sonreir. Lo hago como un cazador furtivo que espera ansioso el momento del disparo. En esencia eres esa persona que me ha hecho sonreir de nuevo. En esencia eres quien pone color a las fotos en blanco y negro. En esencia eres la pasajera más especial de ese tren al que me he subido y del que sé que no me bajaré si no es contigo y tu maleta. Y fue en esa lancha cuando te ví, y en esa fiesta cuando te quise sólo para mi. Es tu mirada, tu sonrisa, la alegría que desbordas y de la que inundas a todos los que tienes a tu alrededor. Dije que sería breve y cumpliré con mi palabra. Cuando me dicen, piensa en alguien especial, siempre digo, TÚ. Espero que viajando en ese tren y leyendo esto, se esboce en esa cara que tanto me gusta
, una leve sonrisa al descubrir que ese TÚ, solo es tuyo. Te quiero.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Aunque estés allí.

La conocí el próximo verano, mejor no decir su nombre quizás hoy esté escuchando. Te acariciaba el viento de nordeste y te llevó volando a la arena del Puntal bañada en salitre. Te acariciaba un marinero en tierra y esta vez si era yo. La alegría te muestra desnuda, y desnuda se ofrece ante mi. Llévame a ver salir el sol desde todos los rincones que se te ocurran. Llévame al puerto y al malecón cuando el cielo se nos llene de gaviotas. Alumbrando las calles oscuras están hoy todas las estrellas que durmieron solas. Pero tú hace tiempo que las abandonaste para brillar con luz propia sobre el cielo de Santander. Me pongo a pintarte después de estudiarte lentamente y no lo consigo. Termino pensando que faltan sobre mi paleta, colores intensos que puedan reflejar sobre el lienzo tu joven belleza. Termino pensando que el olor que inunda mi habitación es el que impregna mis manos cuando todas las noches acaricio tu pelo para besarte. Aunque tu estés allí y yo esté aquí. Aunque hoy no te pueda ver, se que te tengo conmigo.