lunes, 30 de diciembre de 2013

À bientôt.


Penúltimo día del año, sí señor.

Y aquí seguimos un año más. Más viejos, un poco más gruñones, con alguna cicatriz más como consecuencia de arrimar demasiado -como los buenos toreros- y con el corazón algo más...¿desengañado?

Sea como fuere y sea cómo hemos llegado hasta aquí, el caso es que cerramos cuentas con el 2013. Hacemos balance, pero ésta vez a 30 de Diciembre.

Un año de promesas (como casi todos), de reencuentros, de estudio (y mucho), de verano con desengaño y desenlace fatal -como aquella peli mala del ´87-, de bloqueos, desbloqueos y tiro porque me toca, olé tú.

Un año de crisis (otro más), de viajes en balde, de Semanas muy Santas (gracias por venir), de comidas en El Puntal, de lloros, alegrías y frías despedidas en las que dije adiós a un tren vacío -al menos de ti-.

El caso es que la memoria -a veces más lista que un servidor- siempre acaba reuniendo las mejores piezas -aunque alguna no acabe de encajar bien- para así conformar un puzzle de recuerdos que revividos me hacen sonreir. Y con eso me conformo.

A éstas horas pero en otro tiempo pensaba en quién, por aquel entonces, debía. Supongo que fuese recíproco. Y supongo, que nunca fue asegurar.

Reconozco que me he vuelto algo más desconfiado, mucho más reflexivo y absolutamente YO. Pero gracias a ti, sigo siendo ese chico al que no hace tiempo describiste como "Juan, te haces querer, y mucho". Y sí, gracias a ser así, duermo tranquilo.

El equilibrio es imposible -cantaban "Los Piratas"- y nunca la perfección se hizo completa, pero al menos sé -o intuyo- que hallá por dónde he pasado -lugares, rincones y vidas- lo hecho tal y como lo hice contigo. Y si estoy equivocado, házmelo saber mediante correo postal -en el whatsapp estoy bajo arresto domiciliario-.

Adiós al 2013. Adiós a aquellos/as -insisto con el género, perdón- que decidieron viajar sin maleta de recuerdos.

Este es el último post del año.

Fue bonito mientras duró.

Sed muy felices y que el 2014 sea el año de la recuperación. Pero no sólo de la económica.

Se Feliz R.

O al menos, inténtalo.

Pero recuerda, siempre en mayúscula.

Porque ésta será la última vez que te quiera.


1:12, me despido.
Á bientôt.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Recordar y nunca olvidar.

Nunca olvidéis vuestros orígenes. Son los que hoy os han traído hasta aquí y los que mañana os llevarán a conquistar nuevas tierras.

No olvidéis las huellas y no olvidaréis el camino.
No olvidéis el camino y no olvidaréis el surco que sobre el hicistéis.
No olvidéis el surco y no olvidaréis la forja con la que moldearon vuestros orígenes.

Porque la vida es recordar y nunca olvidar.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Algo más que un "te quiero de momento".



Hay cosas en la vida que son maravillosas, jóvenes, sorprendentes, gratificantes, hermosas, llenas de vida y color. Por desgracia, muchas de ellas se pudren y se vuelven negras. Le sucede a las rosas, a la madera, a la piel...pero no le pasa igual al amor. Si piensas que sí, hablamos de amores diferentes.

Los seres humanos somos cuerpo. Pero somos algo más: somos personas, tenemos un interior tremendamente humano, muy nuestro; íntimo, de hogar, de afecto, inteligente y libre.

Derramamos lágrimas que expresan emociones, a veces muy elevadas. Somos muy humanos. Y es que los gestos de cariño, además de expresar eso, cariño, expresan también entrega personal en espera de ser respondida.
Al dar la mano, ofrecemos con ella algo de nosotros mismos. El gesto del abrazo es muy elocuente: es ofrecerse y a la vez poseer el cuerpo de otra persona por un momento.

Y es que no abrazamos a cualquiera por la calle. El abrazo pide confianza. Al igual que los besos. Tiene que haber de muchos tipos: de hijos, de nietos...al igual que hay modos de besar, de abrazar, que expresan un cariño distinto de los demás cariños. Uno que no se quiere compartir, que busca intimidad entre dos, para que nadie coja nada, ni siquiera con la vista.

Y aquí viene el pudor. Protegerte para que no te hagan objeto del placer. La gente guapa no necesitamos enseñar (risas, por incluirme) ya sabemos lo que somos. "no te fijes en eso que tienen todos, sino en mi".

Lo difícil es juzgar si cedemos al placer por amor o porque gusta. Soy de los que piensa que sólo el matrimonio demuestra que se hace por ambas cosas. Cualquiera podemos ofrecer sexo: basta con dejarnos llevar por el impulso. Pero no todos saben sacrificarse por los demás; ÉSTE ES EL AVAL VERDADERO QUE DEBERÍA BUSCAR UNA PERSONA PARA COMPARTIR SU AMOR, una vida.

No sabe sacrificarse quien desecha lo que exige sacrificio, y los defectos de otra persona lo exigen.

De todas maneras, creo que hay una verdadera liberación sexual. ¿y sabes cuál?: la del tiempo.

Ninguna persona quiere ser amada sólo por un tiempo, por muy grande que sea ese amor. "Te quiero por encima de todo y por eso te doy mi cuerpo. Pero dentro de un tiempo...¿quién sabe...?". "No hay nadie más para mi que tú...de momento" (todos lo hemos sufrido).

Y es que a veces se pierde el control. También con la expresión del cariño. No siempre se expresa lo que se quería, sino mucho más. Un afecto, y su gesto, llaman a otros mayores, crece la pasión, la temperatura; viene entonces el fuego y acabamos perdiendo el control. Cortar por lo sano es la solución, diría un cirujano en plena operación. Pues eso.

Porque si se llegó a todo con alguien antes de casarse, es mucho más fácil llegar a todo con alguien más después de casarse. "Si descorchas la botella, pueden beber todos". Dejamos el amor en un cajón y con él, la misma confianza que pedimos con el abrazo.

Porque el amor ha de ser y es paciente, es afable; no tiene envidias ni celos; no es presuntuoso; no es provocativo ni egoísta; no piensa mal. Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, aguanta todo. El amor nunca muere. 

El amor es lo más grande que hay en esta vida y en la otra. 

Porque todos reclamamos un amor definitivo.

Porque todos pedimos algo más que un "te quiero de momento".

domingo, 8 de diciembre de 2013

Compromiso, lealtad y fidelidad.

Hoy camino por Santander y reflexiono.

Antes lo hice por otras ciudades, Pamplona la primera. Después fue Granada en Navidad, en verano y durante el resto del año. Pero Pamplona me gustó tanto que con los años y sin saberlo, volví.

Sevilla, como ciudad, necesita un post en solitario.

El caso es que insconcientemente me paso la vida haciendo balance. Sobre mi paso por la vida y también sobre el paso de otros y otras (por aquello de la equidad de género) por la mía.

Como escribí en "Veintipocos", con el tiempo, mi paso baja en intensidad pero gana, y hay que ver cómo gana, en calidad. Es irremediable que en nuestro paseo tengamos bajas, deserciones, huidas antes del amanecer...

Creo que en cada una de las ciudades que he visitado (todas ellas por placer) he dejado la mejor de mis huellas y el listón muy alto. No pretendo rayar con la arrogancia, pero tanto ellas - las ciudades, no confundir - como yo, sabemos que es cierto.

 A Granada la definí una vez, mientras nevando veía el atardecer desde el mirador de San Nicolás, como mi musa andalusí. Es la ciudad perfecta para comenzar cualquier reconquista. El perfecto laberinto donde perderte de la mano de la historia mora y cristiana. Mi rincón del Sur donde tomar unas cañas en "El nido del Búho"o donde presentarse ante una desconocida en la Ermita con Alhambra y jamón en la mano. Donde pasear feliz de la mano por el Paseo de los Tristes, o donde esperar en una M-30 que sólo existe en Madrid y en alguna facultad granadina.


 Pamplona (olvidarse de eso de Iruña) es señorial y elegante, como ella. Una ciudad distinguida y educada donde alcanzar la máxima expresión de lo que un día tú me hiciste entender por felicidad. Una ciudad en la que perdí mi virginidad en una azotea una noche de primavera en eso de la comida oriental (y no digo china).

Pamplona te invita a meditar paseando por la Ciudadela. Te invita los Sábados a partir de las 20:15 a la Clínica. Pamplona es "La Ciudad" después de Santander, no te pongas celosa tonta.

Como reza su emblema, "muy noble, muy leal y muy heroica ciudad de Pamplona".
Es esa ciudad que elegirías para quedarte a vivir, aún a pesar de que mi Cantábrico y su acento a sal tira mucho.

Pero tanto en el Sur, como en el norte, como en Navarra, como allá dónde la vida nos haga caer, debemos avanzar con paso firme, calidad y sin hacer daño - por eso hace tiempo te pedí que la próxima vez que pisases olvidases tus tacones en el armario -.

Y mientras, sigo paseando por la misma arena que tantas veces nos vio reir y que a escondidas nos vio querernos. Y aún sigo sin explicarme, el devenir de los acontecimientos. Quizás esté chapado a la antigua. Quizás tuviese razón aquella gaditana que un día me definió con una canción de "modestia aparte" (mente del siglo XX, corazón medieval).

En aras de una libertad individual buscamos toda clase de vacíos legales - si es que en esto del amor hay algún tipo de ley - para huir de compromisos, lealtades y fidelidad. Y llego a la conclusión de que ésta es la mejor manera para formar parte de un par de renglones en la vida de alguien.

Pero yo soy más de libros completos, con su prólogo, sus dos protagonistas y su final feliz. Y con la facilidad barroca para el desahogo verbal propia de un españolito que se precia, alzo el rostro al cielo y reniego en voz alta y clara del imperio del sol naciente y de todos esos momentos que en su día, y no hace tantos días, me hicieron tan feliz.

Y de repente, por la arena, te encuentras con un matrimonio (unos sesenta y pico tacos) paseando de la mano con un perro de fiel escudero y algo muy fuerte en sus miradas arrugadas. Y me los quedo mirando con admiración mientras se alejan, consolado de pronto como si un analgésico me recorriese las venas. Reconciliado con el mundo y con la vida, porque hoy he vuelto a ver lo que es amar con compromiso, lealtad y fidelidad.

martes, 3 de diciembre de 2013

Tatá

No me olvido de ti, tatá.

Y menos en un día como hoy, tres de Diciembre.

Llego ahora a casa de estudiar y de misa. Es la novena de La Inmaculada, y este año, mi primer año, estoy yendo todos los días.

Hoy era celebración doble. Por ella, pero sobre todo por ti. He leído, pues así me lo han pedido, y al volver al banco no he podido esconder las lágrimas que han empezado a asomar al acordarme de ti.

Al acordarme que de pequeño, pensaba que algo muy grande debías de sentir cuando ibas a misa, y que por eso ibas todos los días, a la misma hora, a la misma misa...

Veinticuatro años después he encontrado la respuesta a esa pregunta que me hacía. Y sé que has sido tú. Sé que desde el cielo me has contestado y me has invitado a sentir eso mismo que sentías tú al ponerte delante del Santísimo.

Gracias tatá. Gracias por seguir a mi lado. Por ayudarme como lo haces. Por aconsejarme, por templarme, por consolarme. Gracias por ser tú, por ser mi tatá.

Sé que desde el cielo nos proteges. Sé que desde el cielo nos cuidas.

Prométeme que seguirás haciéndolo.

Prométeme también que al leer esta carta que hoy te escribo no llorarás.

Yo te prometo que intentaré no hacerlo.

Te quiero Tatá.

Y mucho.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Pues eso...abrazos



Todo depende de tener algo muy fuerte en común. Algo que sintáis los dos con la misma intensidad. No sé si me explico. Desde ese momento, abrazarse es otra cosa. Enzarzarse en las ganas del otro hasta que se extingan. Me molan los abrazos bien dados. Resultan más cariñosos y memorables que cualquier palabra, gesto o relación. Es el único punto y seguido entre todo lo que podréis sentir. No sé por qué me ha dado hoy a mi por hablar de abrazos. Supongo que porque andamos muy faltos de ellos. O quizás, porque hoy a más de una le vendría muy bien. Sentir un abrazo de verdad. Del que sentía los Viernes o los Domingos de despedida. El caso es que lamentablemente, a los abrazos les pasa como a los besos, las caricias, los matrimonios, o las patadas en los huevos.
Si no los consumas a tiempo, acaban todos caducando

domingo, 24 de noviembre de 2013

Sobre mujeres, públicas y repúblicas.

Si pública es la mujer 
que por puta es conocida, 
República debe ser la que más es prostituída. 

Siguiendo así el parecer 
de esta lógica absoluta, 
todo aquel que se refuta, 
de república hijo, 
viene a ser, a plazo fijo, 
el hijo de la gran puta.

Te doy, me dio, media noche.



Pocas letras en mi vida sin tachar ni una sola frase.

Porque normalmente cuando uno escribe va cambiando cosas, quita algunas y añade otras...pero cuando lo haces así al tirón es que es muy verdad. 

Tan verdad que está muy adentro y la mano sola empieza a teclear.

Nunca me gustó cuestionar esto del amor, ¿por qué? porque el amor es cosa de dos y siempre es a primera vista. 

Si tú ves a una chica y ella no se enamora como tú de ella, sal de ahí.

Yo intente convencer y explicar esto mismo a una persona y ella me contestó: 

-"Tienes media noche". -

Una persona con la que yo hablé una noche de Julio en Santander y desde ese momento supe que quería hablar con ella todas las noches.

¿Cómo coño en media noche convences a una persona de que lo que tú quieres es una vida y media?

Estoy bien. 

La única putada es que en el momento en que lo cuestiona no está sintiendo lo mismo que tú. Yo me di cuenta tarde. Pero por lo menos salen letras. 

Como ésta. 

Tan cierta como que aquella noche era Jueves 26.

"Bailo contigo en la distancia, supongo tu calor. 
Supongo estás cansada, amor. 
Y duermo con una foto tuya y ahí no dices que no. 
Ahí dices 'cántame' y te hice esta canción. 
Que ha venido como yo, desnudo y solo. 
Medianoche, vida mía, ya me voy".


sábado, 23 de noviembre de 2013

Vida y media.



Quería decirte antes de marchar que no eres la mujer que yo esperaba. Ahora me sangra el dolor, pero mañana será otra mujer, no tú, otra mujer. 

Te he tenido a mi lado y sé como lates, sé a qué sabes, de tu miedo sé 
que te han de cuidar. Nunca como yo, aunque lo intentarán, pero ni siquiera se acercarán. Que verás París, que te harán llorar y ahí entenderás lo que he llorado yo, aunque te de igual. No volverás a verme, pero me vas a oír porque estas letras son para ti. 

Deja de mirarte tanto, que la luna brilla más y no se importa tanto. Que no hay más mentira que la de tus labios 
que la vida corre y que cuando sea blanco tu cabello, sientas paz adentro. Inténtalo. 

Deja de joder un rato y escúchame chiquita que te estoy hablando. Sé que nunca he sido un santo pero te di una vida y media y tú ni me has mirado. 

No volveré a tocarte, no te hablo de la piel. 

Ahora se va el que escribe a que le escriban a él. 

Quería decirte antes de marchar que mi amor vale más y tú lo sabes. 

Que me largo de aquí.

Te digo adiós. 

Para que le digas al siguiente que te quieres tanto a veces y que no sabes si al final seguirás siendo la de siempre. 

La del hoy te quiero Torpon, y mañana se arrepiente.

"Con tu permiso, Andrés".

domingo, 17 de noviembre de 2013

Para recobrar

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.


F.L.B

sábado, 16 de noviembre de 2013

Sábado, sabadete...y Santander.

Qué gusto esto de vivir en el norte.

Y es que llega el Sábado por la mañana y después de estar un ratuco con los niños de catequesis, te pones a andar por el paseo marítimo y sin darte cuenta ya estás por "El Botas".  

La mar está belluca, como diría "Kalín" (D.E.P), los raqueros siguen al pie de la bahía y los veleros del C.A.R izan sus velas rumbo al Abra del Pas. El Sardi tranquilo es otro rollo, y aunque no ves a las niñas de Madrid luciendo bronceado, el sonido y la bravura del Cantábrico también tiene su encanto.

Y es que mira que eres guapa, Santander. De las del norte la que más. Y no porque yo haya nacido en ti, sino por todo lo que enseñas y aún más, por lo que escondes y pocos conocemos.

El sur es otra historia. Incomparable en todos sus matices. La esencia de la España que más me gusta. La flamenca, la taurina, la semanasantera...

De vuelta, paras en la plaza. Es Sábado y está hasta los topes. Que si unas maseras que tienen buena pinta, que si unas quisquillas de aperitivo, unos bígaros que están a buen precio...y al final la lías.

La lías, te lían, te dejas liar y acabas escribiendo estas letras tomando el aperitivo en la terraza del "Machi", con la atención puesta en el tren (los de Santander me entenderán) con la compra hecha y las ganas de bailar.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Ventanales, puertas...Bonnie&Clyde


Ventanales abiertos.

Puertas cerradas.


Unos por Dios.


Otras por ella.


Y es en esos momentos, en los que pienso en Bonnie & Clyde y en que juntos supieron morir. 


Pero no viene mal airear la habitación. Esa en la que hasta no hace mucho tiempo perdía el tiempo sin saber qué hacer.


De repente se levanta el nordeste, ese del que tanto nos gusta hablar a los de Santander, y como hojas de papel en blanco, vuelan los pensamientos. Y con ellos, aquellos -"¿cómo estará?"-


Y es en esos momentos, en los que pienso en Bonnie & Clyde y en que ellos, a diferencia de ella, no se quisieron rendir.


Y aunque no lo quieras ver así, siempre será así.


Ahora ya sólo me falta ponerme en la fila donde cambian la ansiedad por ciclos de suerte más normal. Y me digo a mi mismo - "Tú saldrás de esta, créeme, y pronto entonarás pequeños cánticos, y en algún bar apartado, o en alguna estación de tren, o en algún banco del Santander ahogaré el espanto y me dirás: perdón"-.


Es como cuando sueñas que nadie te ve pero, aún así, sigues dando pistas  por si alguna vez a alguien se le ocurriera mirar...


Como este blog, que a veces de surada y otras de gallego, le da por escribir.

Y escribe palabras.


Con o sin sentido.


Todo depende del que lea al otro lado de esa pantalla desde la que hoy lees tú.





sábado, 9 de noviembre de 2013

Capítulo I, introducción.

Durante años, la había adorado a distancia sin saberlo. La más constante imagen de ella en su pensamiento era la de la primera vez que la vio bajando las escaleras de aquel casino de Santander y se dijo que era la viva imagen de Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes".


—Te quiero —dijo apasionadamente—. Te quise desde el momento en que te vi. Siempre he querido un hombre que fuera fuerte y cariñoso y pensé que no existía nadie parecido. Luego te vi. Te deseé. Pero me contaste lo de aquella chica del sur y todo lo que la quisiste ¡Cómo la envidié, Dios mío! Siento que acabara, lo siento de veras, porque veo en tus ojos el dolor y todas las lágrimas que vertiste. Me destroza el corazón verte tan triste. Pero ahora que ella se ha ido, te quiero para mí.

Hicieron el amor, hablaron en susurros de sus proyectos y volvieron a hacer el amor. Poco antes del amanecer, él se adormiló ligeramente. Ella, en cambio, permaneció despierta, contemplando las facciones de su rostro y sus patillas a la luz del fuego de la chimenea, mientras pensaba en el viaje que los había conducido desde aquella ciudad con playa hasta aquella habitación de armarios blancos. Sus favoritos; sin embargo, algo comenzaba a romperse.

Se aferró a un jirón de esperanza. Sabía que le amaba. Eso no había cambiado. La misma noche anterior había hecho el amor como alguien que saciara una sed terrible. Y después de que se quedase dormido, había rodado encima de él, besándole con la pasión propia de una veinteañera.


Bajaban a estudiar juntos y luego solían pasarse a comprar algo de comida por el mercado. La observaba mientras anotaba en sus apuntes de tributario, y se sentía como si tuviera delante de él, un diamante secreto que pudiera tocar de vez en cuando mientras nadie le veía.

La mente humana tiene un primitivo mecanismo de defensa que niega cualquier realidad que provoque un estrés excesivo al cerebro. Se llama negación- le dijo él-. Y es lo que a ti te pasa. A veces, lo imposible sólo lleva algo más de tiempo que lo posible- pero ella no tenía tiempo.

Ella sentenció:

Lamento hacerte tan desdichado. —No lo sientas- dijo él. Lamenta más bien haberme hecho feliz. Eso es lo que duele, que me hicieras tan feliz.




jueves, 7 de noviembre de 2013

07 de Noviembre de 1983



Treinta años han pasado ya desde que peludo y feo como un dolor, dicen, llegaste a este mundo. Y ya ves tú, igual de feo y algo menos peludo sigues dando guerra. Y mucha.

Unas cuantas botellas de Albariño y algunos manjares más nos han bastado para celebrarlo.

Te conozco algo menos de lo que me conoces tú a mi, exactamente 6 años, pero ello no impide que al ver como te levantas por las mañanas, sepa que al menos hasta la hora de comer es mejor no entablar conversación contigo. Del mismo modo que al verte salir de un examen sepa que lo has aprobado.

Somos el día y la noche...tú el chico serio y responsable y yo el que ejerce de hermano pequeño, dicen quienes creen conocernos. Pero en el fondo, tú y yo nos conocemos mucho mejor de lo que nos pensamos.

A veces las cosas no llegan como nos gustaría y, mirando al cielo, nos preguntamos qué hemos hecho mal...tú ya me entiendes. Pero ¿sabes qué? Todo lo que tenemos, lo tenemos por ti y por mi, ganado por nosotros, sín sujetos elípticos ni pacientes, y gracias a eso jamás hemos tenido que agachar la cabeza.

Espero que, hasta ahora, hayas pasado unos felices treinta años y a partir de  ahora que ya empezarás a ejercer de Ingeniero de Caminos, la vida te permita disfrutar de cuantos Dios quiera...eso sí, con tu hermano, el pequeño, a tu lado.

Sólo espero que el año que viene lo celebremos como éste...todos juntos, en familia y en casa.

Felicidades Edu.

Felicidades hermano.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Peligroso bañarse.



Ese sentimiento de peligro...

Como cuando de repente miras a alguien a los ojos a través de una foto y no la reconoces.


Como cuando al echar la vista atrás todo lo cubre esa triste amargura.


Como cuando sin quererlo en media de la noche te despiertas y te acuerdas de aquellas noches.


Como cuando intentas autoconvencerte con más ganas que éxito que lo impuesto es lo acertado.


Como cuando al pasar por la puerta de algún restaurante recuerdas el sabor de aquella compañía con la que compartiste algo más que mesa.


Como cuando un Domingo a las 15:00 echas en falta la maleta y el beso de "buen viaje".


Como cuando, sín explicación, un Viernes por la tarde extrañas no estar viajando a ninguna habitación.


Como cuando me pregunto en qué momento comenzó el final.


Como cuando me pregunto inseguro, si alguna vez hubo algo.


Como cuando en El Puntal nos bañábamos al lado del embarcadero.


Ese sentimiento.






sábado, 2 de noviembre de 2013

Veintipocos



Vamos creciendo chicos, y se nota…vaya si se nota!!

Todo toma una perspectiva completamente diferente de la que tomaba hasta hace unos años. Todo gana en calidad, hasta lo que se va. Los amigos, los de verdad, se reducen en número, pero aumentan en calidad.

Hace un par de años el cuerpo te pedía “beberte el Nilo” una noche de Miércoles sin un porqué definido. Hoy me pide un tranquilo café con buena compañía. La de un amigo de siempre o la de esa chica de la uni que cuando sonríe hace que me atragante. Tiene buena conversación, eso es verdad, pero como diría Sinatra “love is a tender trap”.

La inquietud que hasta ahora permanecía anestesiada y casi inexistente en nosotros, de la noche a la mañana despierta y lo hace con hambre de comerse el mundo. De pronto queremos vivir en “una décima de segundo más” (va por ti Antonio) todo lo que no hemos vivido en veinticuatro años. Te comes los libros porque has descubierto que quieres ser alguien en la vida. Que ya está bien eso de vivir con papá y mamá. Descubres tu verdadera vocación y entiendes que la uni es sólo un lugar de paso en el que debemos pasar el menor tiempo estipulado.

Ahí fuera nos espera un mundo repleto de matices. En claroscuros, pero por algo la generación de los 80 fuimos bautizados como la gran esperanza de España. Es más que probable que tengamos que emigrar y pelear en países en los que seamos una milésima parte de lo que una gota es en el océano.
 Pero por algo “Spain is different” y por ese algo los españoles tenemos los coj*nes más grandes que el caballo de Espartero. Ya les tocó a nuestros abuelos emigrar a Alemania, hacerse las Américas y trabajar como los mejores embajadores de nuestro país allá por donde pasaron.

Siempre he creído que nuestros padres han sido unos privilegiados que han vivido en la mejor época de la España más reciente. Ahora nos toca demostrar que nosotros salimos a nuestros abuelos.

Los horarios. Qué difícil se va haciendo eso de cuadrarlos para verte. Aunque hay ocasiones en las que se tornan en dulce excusa para salir media hora antes de la biblio y tomar un café rápido en la cafetería de la uni para ver si “ella” sigue sonriendo. Entre sorbo y sorbo nos contamos nuestras “cruces” del día a día. Lo de aquella chica que de la noche a la mañana desapareció teniendo todo lo mejor a su lado, lo de aquel viaje a Madrid que acabó mejor de lo que empezó, las inquietudes de acabar y volar del nido, las preocupaciones de lo que nos deparará el futuro…

Y es que queramos o no, vamos sentando la cabeza (a algunos/as les cuesta más), y cosas que antes nos parecían de mayores ahora resulta que nos parecen ya propias de nuestra edad. Pensamos en casarnos y en formar una familia numerosa y divertida. Pensamos hasta en el nombre de nuestros hijos!!

 Abrazamos ideas y pensamientos que siempre nos parecieron trasnochados y con plena consciencia nos volvemos mucho más respetuosos con las opiniones de los demás.

Crecemos por fuera, eso está claro. Pero por dentro la transformación es mucho mayor, lo cual no quiere decir que una o dos veces al año (no hace daño) parezcamos chiquillos en plena edad del pavo. El cuerpo te pide acercarte a Dios y la cabeza te dice, ¡HAZLO¡, y de pronto comienzas a ir a misa con plena devoción y asiduidad. Y hablas con Él como con un amigo…de los viajes, de esa chica, de tus preocupaciones, y le pides…le pides mucho porque has empezado a tomarte en serio esto de la vida.
Te das cuenta de que la cara bonita que un día te enamoró con esos labios rojos carmín y ese cuerpo tan sensualmente femenino, no durará así de bonita toda la vida y que alguna vez le tocará enamorar con el corazón. Ese gran desconocido, más para algunas que para algunos, pero que en esto de la vida juega un papel muy importante, pues de él dependen muchos de los sabores o sinsabores que tendremos a lo largo de aquella. Y cuando haya que enamorar con él, ya no te valdrán las trampas en las que, iluso de mi, yo un día caí.

Con el paso del tiempo nos convertimos en pequeños sibaritas que diferencian ya la calidad de la cantidad, el amor del flirteo, “la llave de un dormitorio de la de la vida entera”. Dejamos de caminar “por el bulevard de los sueños rotos”.

Un día te encontrarás de nuevo con esa chica que te dejó roto y le dirás: “Aunque tú no lo sepas, encendía con besos el mar de tus labios”, y aunque una vez le diste las “gracias por elegirme”, hoy le pides “déjame”.

Y es que cada cosa en su momento, sabiendo que los momentos con las cosas que les acompañan serán los mejores en todas y cada una de las etapas de nuestra vida.


Tengo 24…años…y a vivir!!


domingo, 27 de octubre de 2013

No digas que no.



Creo que escribirle a alguien mirándole a los ojos "no digas que no", es la súplica más hermosa del mundo...

"Nunca se recibe sin dar nada a cambio, 
yo daría mi vida por dormir en tus brazos. 

No digas que no, no soy un extraño, 
no puedo volver y estoy tan cansado. 

No soy el mejor, eso está muy claro, 
no digas que no, estoy en tus manos".

domingo, 20 de octubre de 2013

Puntos suspensivos



-¿Qué?


-Te prequiero..


- ¿Eh?


-No digo que te quiero, porque con todo lo que ha pasado te ibas a asustar... oséa más todavía. Por esto de digo que te prequiero... te prequiero mucho Raquel..


-Tu inmadurez es superlativa para tu edad... 


*Hagamos como si nos acabásemos de conocer...

Todas las cosas que te he dicho que no sentía, no las sentía... porque no me ha dado tiempo a sentirlas. Te prequiero... mucho.

Al natural, como el toreo.



Hoy toca escribir.

Y hoy no es necesario. Hoy es natural

Como marcar un teléfono y descubrir que hay voz (y vida) al otro lado.

Igual de natural que los yogures bebibles del Corte Inglés. Natural, como la vida misma. Sin artificios, ni piruetas...hablas, explicas, entiendes, recuerdas, ríes.

Se asoma una lágrima y con naturalidad la guardas y sigues charlando.

Con naturalidad escondes esa lágrima que ya has llorado una y mil veces. Las mismas veces que recuerdas esos momentos que antes te hacían sonreir y ahora te hacen llorar sonriendo.

Un "hola, ¿qué tal?" que de natural, se vuelve cariñoso. Tan cariñoso que nunca antes un saludo pudo disipar todo esa amargura que hasta entonces y desde entonces formó un poco más parte de tu vida.

Igual de natural que leerse un libro y anotar con efímero optimismo las palabras desconocidas.

Contarse cosas que, aunque a distintas horas y en distintos días, haces tú y quien está al otro lado, es gracioso. Y natural.

Tan natural como que las noches están para dormir (algunas también se pueden vivir) y no para pensar en lo que ya has dado cien vueltas durante todo el día.

Natural ha sido hoy.

Sin preparativos, ni envoltorios, ni lacitos rojos. Pero también sin gritos, ni reproches, ni pesares.

Si mañana alguno me pregunta ¿qué es natural? le diré sonriendo...

¿Natural? Ayer.

domingo, 13 de octubre de 2013

Días de retiro, huellas y reflexión.



Simancas, Valladolid. Aldelbarán.

Días de retiro.
Espiritual lo llaman.
Un encuentro conmigo mismo y con Él, que desde el Cielo nos vigila. Un par de días en los que me apeo del mundo mientras éste sigue girando a un ritmo demasiado frenético.

Unos días en los que organizar el presente y un poco del futuro que se vislumbra. Unos días también en los que abandonarse en brazos del Señor dejando que se cumpla su voluntad.

Unos días en los que convivir bajo su mismo techo.

Tierras de Castilla, de vastos campos áridos, de puentes romanos y de antiguas Cortes de la España de los Católicos (de los Reyes, me refiero).

Meditaciones y lecturas que cuando calan, lo hacen en lo más profundo de nuestro ser. Sín quererlo, o a veces de manera semiinconsciente, repasas tu camino hasta estos días. Algunas etapas del mismo mantienen las huellas limpias y pulcras del primer día; otras, sin embargo, se encuentran embarradas y pisoteadas, como si el mismo Atila a lomos de su caballo hubiese pasado sobre ellas. Y es sobre estas etapas sobre las que en este fin de semana me he parado a reflexionar.

Hay personas que han dejado en mi vida una huella imborrable. Tú Tatá, sin duda alguna, eres la protagonista de todas ellas. Como no podía ser de otra forma, mi madre, a la que muchas veces no comprendo y a la primera que echo de menos cuando estoy fuera de casa. Y luego hay otras personas, en su mayoría del género femenino, que por regla general siempre se han encargado de pisotear el campo sobre el que durante mucho tiempo estuvimos sembrando nuestras (de ellas y mías) semillas.

Pero sobre la que más he reflexionado ha sido sobre la más importante (o más reciente, según cómo se mire).
Leía estos días:
"También en lo diminuto se muestra la grandeza del mundo".
Reflexiona.

En estos días he entendido que esos planes que hasta hace un mes hacías nuestros, eran planes que Dios no quería para mi. Planes engordados con palabras pero vacíos de alma, espíritu y corazón.

Momentos treméndamente felices que has conseguido que con tu forma de actuar adquieran el sabor amargo de la hiel. Vivencias y confesiones puras y sinceras (ahora hablo por mi) que después de todo, han quedado vacías de toda fuerza y sentimiento.

Sentimientos que aún están latiendo - yo no puedo hacer eso que tú ya has conseguido: ser feliz - a la espera de sangre que bombear.

Recuerdos todavía presentes en el día a día y que en momentos de reflexión, como los de este fin de semana, hacen que pierda el juicio, el norte y los papeles al hacer balance de tu "dejada en la estacada".

Viajes por autopista a las tantas de la mañana para que durmieras en casa. Viajes que haría una y mil veces más.

No es momento de reproches - conmigo nunca lo será, estate tranquila-.

Tan solo me gustaría que leyeses con atención - si alguna vez lo haces-:
Procura pasar por la vida con honradez, con pureza, con sensibilidad. Deja poso en las vidas que compartas y en las que te rodeen. Analiza:
"Todo lo que se desarrolla, comienza por ser pequeño. Es al alimentarse gradualmente como, con constantes progresos, llega a hacerse grande".

Cuida lo que tienes, lo que la vida te ofrezca, la amistad. Y sobre todo, cultiva tu interior, tu razón y tu corazón.

Deja una huella con talla y respeto.
Y recuerda:
La próxima vez que pises, mejor hazlo descalza y olvídate los tacones de aguja en el cajón.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Escríbelo en mayúscula.



De catadura moral va esto de la vida, y aquella con la que algunos/as (por mantener aquello de los géneros) gobiernan la suya ha de hacerte sentir orgulloso, me siento orgulloso, cuando eches la vista atrás, y la echo, y analices, y analizo, cómo has actuado con la gente que quisiste y quieres. Quise y quiero.

La felicidad con minúsculas es muy distinta a la que se escribe con mayúscula pues lejos de parecer iguales, la primera es tan efímera como efímero es el sentimiento que la produce; sín embargo, la Felicidad es aquella que hasta en los momentos más bajos de decaimiento, te hace esbozar una sonrisa y te impulsa a seguir luchando por unos principios a los que siempre fuiste, fui, fiel.

Y el querer no es atemporal, ni caduco, pero como todo, es necesario cuidarlo porque si no se acaba convirtiendo en polvo en el camino. Y no puedes ni debes pretender que todo te venga hecho. Mucho menos cuando de ti depende mantener el fuego vivo.

Pero habrá veces en las que te des de bruces con personas que hagan del desgobierno y la frialdad, el mejor y más cálido de sus gobiernos.

Y lo llamarán ser recio/a, desapegado/a...intentarán ponerle mil y un disfraces pero tú y yo sabemos que la experiencia de querer a alguien es y será dura: no olvides la lección, tus grandes cobardías de ahora son paralelas a tus pequeñas cobardías diarias. No has podido vencer en lo más grande porque no quisiste vencer en las cosas pequeñas.

Te lo dije hace tiempo pero hoy te lo vuelvo a decir: algún día sabrás lo que significa perder a alguien cuando de verdad ames a alguien mucho más de lo que te amas a ti misma.

Porque eso a lo que tú llamas ser recia de corazón, yo lo llamo ser egoísta.

Soy feliz me has dicho, y yo te digo: Disfrútalo, pero escríbelo en mayúscula.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Desconocidos...

Parece mentira cómo cambian las cosas, y con ellas, las personas. 

Será cuestión de la edad, dijo una vez algún poeta soñador. 

Será cuestión de que nunca fueron como tal, me atrevo a decir hoy yo.

domingo, 8 de septiembre de 2013

¿Imposible?



¿Que es imposible? Quizás, pero eso es exactamente lo que me atrae, así que, al menos, déjame intentarlo.

Porque para conocer los propios límites, a veces es necesario vivir cerca de ellos.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Pregúntate si sabes...



¿Sabes qué he pensado? Que eres un cría, y que en realidad no tienes ni idea de qué va esto. Es normal, nunca has salido de esa coraza en la que te refugias.

Si te pregunto por el amor, me citarás un soneto...

Pero nunca has mirado a una persona y te has sentido vulnerable. Ni te has visto reflejado en sus ojos.

No has pensado que Dios ha puesto un ángel en la Tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel.

Al darle tu amor, darlo para siempre. Y pasar por todo, por los buenos momentos, y sobre todo por los malos.

No sabes lo que es admirar a alguien por las noches, durante todas las noches mientras duerme, cogiendo su mano.

Porque una vez creí ver en tus ojos que el término horario de visitas de fin de semana no iba contigo.

No sabes lo que significa perder a alguien. Porque sólo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti misma.

Porque sinceramente y con el corazón en la mano, dudo que jamás te hayas atrevido a amar de ese modo.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Cuestión de principios.



Vive la vida de modo que el temor de la muerte no pueda entrar nunca en tu corazón.
No importunes a nadie acerca de su religión.
Respeta a los demás y sus puntos de vista.
Y exige de ellos que respeten el tuyo.

Ama tu vida, perfecciónala.
Embellece todas las cosas que la rodean.
Trata de prolongar tu vida y de hacerla útil para tu pueblo

Cuando llegue la hora de tu muerte no seas como aquéllos cuyos corazones están llenos de temor a la muerte y que cuando llega su momento lloran y rezan para tener un poco más de tiempo para vivir la vida de modo diferente.

Canta tu canción fúnebre y muere como un héroe que regresa a su casa.


"Tecumseh".

jueves, 5 de septiembre de 2013

Una llamada...




A veces cuando rezo es como si Dios estuviese en todas partes. Cerca de mí.

Tan cerca que no me gusta decir amen. Decir amén es como si terminase una conversación telefónica con El.

Así que digo yo que sería estupendo si, en vez de colgar el teléfono, pudiésemos dejarlo descolgado para siempre. Así, cada vez que nos acercásemos al teléfono para escuchar, escucharíamos a Dios respirando al otro lado.

Porque la Fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.

domingo, 1 de septiembre de 2013

El Alvia de las 18:50


Cuanto te echo de menos...
Cuanto duele este dolor...

Hoy es Domingo.

Día de antiguas despedidas en diferentes horarios. Al mediodía si estaba allí o a las 18:50 si habías venido a verme. Es Domingo, y aunque el sol luce, poco a poco Santander empieza a perder ese olor a Verano que ya en Mayo empieza a dejarse intuir. Es época de despedidas. Los amigos vuelven a sus ciudades para comenzar el nuevo curso, se acabaron las terrazas, El Puntal y es tiempo de ir desarmando los armarios en busca de jerseys, cazadoras, bufandas...

En definitiva, después del verano, todo vuelve a su imperfecta normalidad.

Pero esta vez lo hace con una diferencia. Contigo allí, quizás, y conmigo aquí, seguro.

Sin el Alvia de las 18:50, ni el autobús de la Burundesa de las 15:00. Sin despedidas que no parecían terminar nunca y tras las que afrontábamos la semana con una fuerza y entusiasmo propios de superheroes.

Sin lágrimas ni paseos a deshoras en las noches de Sábados.


Una normalidad cuya imperfección la hace volverse triste y gris.

Te quiero.

viernes, 30 de agosto de 2013

"No esperes que te olvide. No olvides que te espero."



Tengo miedo al olvido. No al mio sino al tuyo.

Tengo miedo a que mañana te pregunten por el ayer y no recuerdes lo vivido.

Me asusta pensar que el libro que escribimos haya sido desterrado y arrancado de tu memoria.

Me asustan muchas cosas, pero sólo una me consuela: Tú

Buenas noches, pequeña.

jueves, 29 de agosto de 2013

Carta 4bierta.



En ocasiones somos protagonistas del sinsentido, de la sinrazón más cruel y despiadada. Encarnamos aquello que nos asusta sin pararnos a pensar en todo el daño que hacemos a las personas que nos rodean, o que nos rodeaban y ya no lo hacen por deseo propio.

Caemos en las garras de la terquedaz e intentamos, con mucho más afán que cordura, deshacernos de todo recuerdo que hasta hace días iluminaban las noches más oscuras. Aquellos por los que no hace mucho tiempo luchábamos y aquellos que conseguían dibujar, en un rostro a veces cansado y otras risueño, la mejor de todas las sonrisas.

De una manera lacónica y sucinta damos portazo (de manera breve o definitiva, aún no me lo han explicado) a una relación sin importarnos una auténtica birria el compromiso y aquella persona que en una tarde de verano, con nivea de por medio, nos ilusionó.

Mientras tanto y en detrimento de una insensatez que ahora si, podría guiar mis pasos, hago un acto de fe y encomiendo mis pensamientos a que El Señor te haga recobrar la sensatez y el juicio (tú que vas para opositora)y vuelvas a actuar con una madurez propia de los años que dentro de poco cumplirás. Esos años que yo hoy dejo un poco más atrás y que tú te has "olvidado" de recordármelo con tu voz.

Quizás pido demasiado.

Quizás pido en la misma medida de lo que, al menos en esto, me merecía.


"¿Que te da todo igual? —No quieras engañarte. Ahora mismo, si yo te preguntara por personas y por empresas, en las que por Dios metiste tu alma, habrías de contestarme, ¡briosamente!, con el interés de quien habla de cosa propia.


No te da todo igual: es que no eres incansable..., y necesitas más tiempo para ti: tiempo que será también para tus obras, porque, a última hora, tú eres el instrumento"
(Camino, 723).


En carne viva. —Así te encuentras. Todo te hace sufrir en las potencias y en los sentidos. Y todo te es tentación...
Sé humilde —insisto—: verás qué pronto te sacan de ese estado: y el dolor se trocará en gozo: y la tentación, en segura firmeza.

"Pero, mientras, aviva tu fe; llénate de esperanza; y haz continuos actos de Amor, aunque pienses que son sólo de boca." (Camino, 727).

martes, 27 de agosto de 2013

"Calma, deja que corra el tiempo".



Estás intranquilo.

-Mira: pase lo que pase en tu vida interior o en el mundo que te rodea nunca olvides que la importancia de los sucesos o de las personas es muy relativa.

-Calma: deja que corra el tiempo; y, después, viendo de lejos y sin pasión los acontecimientos y las gentes adquirirás la perspectiva, pondrás cada cosa en su lugar y con su verdadero tamaño.

Si obras de este modo serás más justo y te ahorrarás muchas preocupaciones.

"Calma, deja que corra el tiempo".

(Camino, 702)

domingo, 21 de abril de 2013

Dicen de España...

Dicen que España está españolizada,
mejor diría, si yo español no fuera,
que, lo mismo por dentro que por fuera,
lo que está España es como amortajada.
Por tan raro disfraz equivocada,
viva y muerta a la vez de esa manera,
se encuentra de sí misma prisionera
y furiosa de estar ensimismada.
Ni grande ni pequeña, sin medida,
enorme en el afán de su entereza,
única siempre pero nunca unida;
de quijotesca en quijotesca empresa,
por tan entera como tan partida,
se sueña libre y se despierta presa.

J.B

martes, 16 de abril de 2013

Hay momentos.

Porque hay veces que aún muriendote de pena, el segundero del reloj de la mano que acaricias permanece impasible . Como un muro infraqueable donde las horas transcurriesen inconscienes en su devenir.

Porque hay momentos en los que, aún mostrándose débil, no existe nadie que se atreva a dar un paso más allá del ¿qué te pasa?.

Porque hay momentos en los que la soledad eclipsa a la mejor de las compañías.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Dos palabras.

Sí esta noche estuviera allí contigo aprovecharía para decirte al oído dos palabras. Palabras que de viejas, son nuevas.

Dos palabras
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
que digo sin quererlo -¡oh, qué bella, la vida!-
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas 
que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas.

viernes, 22 de febrero de 2013

Una forma desnuda y transparente de decir: TE QUIERO.


No es una forma de agradecimiento, sino una forma desnuda y transparente de decir. TE QUIERO.

Porque en el devenir continuo de nuestros días, no tenemos tiempo para reflexionar sobre si lo que hacemos está bien o mal; porque nos faltan minutos para preguntarle al de al lado si está bien ;porque apenas intentamos buscar un momento para alimentar nuestra fe, cualquiera que ésta sea; porque siempre creemos que aquello de perseguir nuestros sueños fue un verso suelto y fugitivo que algún utópico escribió en tiempos pasados. Por esto y por lo que se me escapa, es conveniente echar el ancla, buscar refugio en algún puerto al abrigo del mar y reencontrarnos con lo que fuimos.

En ocasiones viajamos solos por obligación; sin embargo hay momentos en los que hacemos de la soledad nuestra mejor compañera de viaje. Y como en todos los aspectos de la vida, debemos de ser capaces de endulzar el zumo que, a veces ácido, la vida nos entrega.

Nadie dijo que la vida fuera fácil, pero jamás fue escrito que conseguirlo fuera imposible. Y en ese resquicio de esperanza, donde éxito y fracaso conviven en el más absoluto de los equilibrios, fue dónde te esperé. Y llegaste.

Y me invitaste a conocerte. Y yo te invité a cenar. Y te conocí. Y cenamos. Sin saberlo tú y sin esperarlo yo quisiste hacerme sonreir. Y sonreí. Y sabiéndolo yo y sin esperarlo tú, quise que te sintieras especial. Y te sentiste.

Y sentados en bancos nocturnos, tú con vestido y yo con corbata, hablaste sobre ti. Y yo escuché. Y sentados en terrazas te hablé de mi y de mis encrucijadas. Y me escuchaste.

No fuimos jóvenes convencionales. No charlamos con la música alta. Nunca nos despedimos oyendo al gallo cantar. Te escuché y me escuchaste en una playa deshabitada, en una terraza al mar.

No te juzgué. No me juzgaste.

Porque más que besarte, más que dormir juntos, más que ninguna otra cosa, un día me diste la mano y eso fue amor. Y entonces comencé a quererte sabiendo tú que lo hacía. Antes ya te quise. Sin saberlo tú y queriéndolo yo.

No es un agradecimiento, sino una forma desnuda y transparente de decir: TE QUIERO.

viernes, 8 de febrero de 2013

Hay veces que...

A veces querer duele.
A veces querer mata.
Hay veces que querer cuesta.
Hay veces que querer gusta.
Y hay veces,sin embargo,que querer asusta.