viernes, 22 de febrero de 2013

Una forma desnuda y transparente de decir: TE QUIERO.


No es una forma de agradecimiento, sino una forma desnuda y transparente de decir. TE QUIERO.

Porque en el devenir continuo de nuestros días, no tenemos tiempo para reflexionar sobre si lo que hacemos está bien o mal; porque nos faltan minutos para preguntarle al de al lado si está bien ;porque apenas intentamos buscar un momento para alimentar nuestra fe, cualquiera que ésta sea; porque siempre creemos que aquello de perseguir nuestros sueños fue un verso suelto y fugitivo que algún utópico escribió en tiempos pasados. Por esto y por lo que se me escapa, es conveniente echar el ancla, buscar refugio en algún puerto al abrigo del mar y reencontrarnos con lo que fuimos.

En ocasiones viajamos solos por obligación; sin embargo hay momentos en los que hacemos de la soledad nuestra mejor compañera de viaje. Y como en todos los aspectos de la vida, debemos de ser capaces de endulzar el zumo que, a veces ácido, la vida nos entrega.

Nadie dijo que la vida fuera fácil, pero jamás fue escrito que conseguirlo fuera imposible. Y en ese resquicio de esperanza, donde éxito y fracaso conviven en el más absoluto de los equilibrios, fue dónde te esperé. Y llegaste.

Y me invitaste a conocerte. Y yo te invité a cenar. Y te conocí. Y cenamos. Sin saberlo tú y sin esperarlo yo quisiste hacerme sonreir. Y sonreí. Y sabiéndolo yo y sin esperarlo tú, quise que te sintieras especial. Y te sentiste.

Y sentados en bancos nocturnos, tú con vestido y yo con corbata, hablaste sobre ti. Y yo escuché. Y sentados en terrazas te hablé de mi y de mis encrucijadas. Y me escuchaste.

No fuimos jóvenes convencionales. No charlamos con la música alta. Nunca nos despedimos oyendo al gallo cantar. Te escuché y me escuchaste en una playa deshabitada, en una terraza al mar.

No te juzgué. No me juzgaste.

Porque más que besarte, más que dormir juntos, más que ninguna otra cosa, un día me diste la mano y eso fue amor. Y entonces comencé a quererte sabiendo tú que lo hacía. Antes ya te quise. Sin saberlo tú y queriéndolo yo.

No es un agradecimiento, sino una forma desnuda y transparente de decir: TE QUIERO.

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