Creo que escribirle a alguien mirándole a los ojos "no digas que no", es la súplica más hermosa del mundo...
"Nunca se recibe sin dar nada a cambio,
yo daría mi vida por dormir en tus brazos.
No digas que no, no soy un extraño,
no puedo volver y estoy tan cansado.
No soy el mejor, eso está muy claro, no digas que no, estoy en tus manos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario