sábado, 16 de noviembre de 2013

Sábado, sabadete...y Santander.

Qué gusto esto de vivir en el norte.

Y es que llega el Sábado por la mañana y después de estar un ratuco con los niños de catequesis, te pones a andar por el paseo marítimo y sin darte cuenta ya estás por "El Botas".  

La mar está belluca, como diría "Kalín" (D.E.P), los raqueros siguen al pie de la bahía y los veleros del C.A.R izan sus velas rumbo al Abra del Pas. El Sardi tranquilo es otro rollo, y aunque no ves a las niñas de Madrid luciendo bronceado, el sonido y la bravura del Cantábrico también tiene su encanto.

Y es que mira que eres guapa, Santander. De las del norte la que más. Y no porque yo haya nacido en ti, sino por todo lo que enseñas y aún más, por lo que escondes y pocos conocemos.

El sur es otra historia. Incomparable en todos sus matices. La esencia de la España que más me gusta. La flamenca, la taurina, la semanasantera...

De vuelta, paras en la plaza. Es Sábado y está hasta los topes. Que si unas maseras que tienen buena pinta, que si unas quisquillas de aperitivo, unos bígaros que están a buen precio...y al final la lías.

La lías, te lían, te dejas liar y acabas escribiendo estas letras tomando el aperitivo en la terraza del "Machi", con la atención puesta en el tren (los de Santander me entenderán) con la compra hecha y las ganas de bailar.


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