jueves, 26 de septiembre de 2013

Escríbelo en mayúscula.



De catadura moral va esto de la vida, y aquella con la que algunos/as (por mantener aquello de los géneros) gobiernan la suya ha de hacerte sentir orgulloso, me siento orgulloso, cuando eches la vista atrás, y la echo, y analices, y analizo, cómo has actuado con la gente que quisiste y quieres. Quise y quiero.

La felicidad con minúsculas es muy distinta a la que se escribe con mayúscula pues lejos de parecer iguales, la primera es tan efímera como efímero es el sentimiento que la produce; sín embargo, la Felicidad es aquella que hasta en los momentos más bajos de decaimiento, te hace esbozar una sonrisa y te impulsa a seguir luchando por unos principios a los que siempre fuiste, fui, fiel.

Y el querer no es atemporal, ni caduco, pero como todo, es necesario cuidarlo porque si no se acaba convirtiendo en polvo en el camino. Y no puedes ni debes pretender que todo te venga hecho. Mucho menos cuando de ti depende mantener el fuego vivo.

Pero habrá veces en las que te des de bruces con personas que hagan del desgobierno y la frialdad, el mejor y más cálido de sus gobiernos.

Y lo llamarán ser recio/a, desapegado/a...intentarán ponerle mil y un disfraces pero tú y yo sabemos que la experiencia de querer a alguien es y será dura: no olvides la lección, tus grandes cobardías de ahora son paralelas a tus pequeñas cobardías diarias. No has podido vencer en lo más grande porque no quisiste vencer en las cosas pequeñas.

Te lo dije hace tiempo pero hoy te lo vuelvo a decir: algún día sabrás lo que significa perder a alguien cuando de verdad ames a alguien mucho más de lo que te amas a ti misma.

Porque eso a lo que tú llamas ser recia de corazón, yo lo llamo ser egoísta.

Soy feliz me has dicho, y yo te digo: Disfrútalo, pero escríbelo en mayúscula.

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