miércoles, 15 de agosto de 2012

Aunque estés allí.

La conocí el próximo verano, mejor no decir su nombre quizás hoy esté escuchando. Te acariciaba el viento de nordeste y te llevó volando a la arena del Puntal bañada en salitre. Te acariciaba un marinero en tierra y esta vez si era yo. La alegría te muestra desnuda, y desnuda se ofrece ante mi. Llévame a ver salir el sol desde todos los rincones que se te ocurran. Llévame al puerto y al malecón cuando el cielo se nos llene de gaviotas. Alumbrando las calles oscuras están hoy todas las estrellas que durmieron solas. Pero tú hace tiempo que las abandonaste para brillar con luz propia sobre el cielo de Santander. Me pongo a pintarte después de estudiarte lentamente y no lo consigo. Termino pensando que faltan sobre mi paleta, colores intensos que puedan reflejar sobre el lienzo tu joven belleza. Termino pensando que el olor que inunda mi habitación es el que impregna mis manos cuando todas las noches acaricio tu pelo para besarte. Aunque tu estés allí y yo esté aquí. Aunque hoy no te pueda ver, se que te tengo conmigo.

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