miércoles, 28 de noviembre de 2012

Eres fuerte y castellana.




Apaga la luz, desnúdate y guarda silencio. Escucha únicamente el crepitar de un corazón en llamas. Aguarda. Ahora estás tú, sola y desnuda frente a ti misma. Olvida los problemas y obsérvate con minucioso detenimiento. Eres cuerpo. Eres un alma recia, con carácter. Eres un caballo desbocado ante la inmensidad de una verde pradera. Aguarda. Busca en tu interior aquello que te ha mantenido a salvo. Protege lo que tu enemigo ansía, pues eso será el mejor acero qué utilizar en cualquiera de las batallas que hayas de librar.

Recuerda cómo has llegado aquí, y ahora que los tercios flaquean blande tu espada y aguarda el momento final.

No busques refugio en los que deshonraron la confianza que en ellos depositaste. No busques consuelo, piedad o clemencia. Lucha porque sean ellos quienes sucumban ante la justicia divina.

Estás aquí por tus hechos, por tus palabras, por tus acciones, por tus decisiones. Gracias a nadie más que a ti has conseguido lo que hoy tienes.

No te dejes seducir por aquellos fariseos vendedores de quimeras cuyo único propósito es alcanzar la podredumbre de su gloria a través de tu irracional fracaso.

Eres castellana y en tu sangre llevas la de aquellos que legaron la suya por la defensa de España.

Ahora es el momento. Vístete, dispón de tu armadura y sal a defender tu honor frente a aquellos que quisieron , quieren y querrán vilipendiarlo para aplacar así su propia ignominia.




La España de Los Quijotes.




Vivo en un país con un himno feo; una marcha real de los tiempos oscuros que, a falta de letra, se canta tachín tachán en los estadios de fútbol. Con un himno así es imposible rodar Casablanca, fichar a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman y vivir el emotivo duelo musical en el bar de Rick en el que vence La Marsellesa; la libertad frente la barbarie.

Vivo en un país que lleva siglos discutiendo sobre las mismas cosas y en el que siempre pierden los mejores, los imprescindibles.

Vivo en un país sin símbolos de pertenencia, sin instituciones eficaces, salpicado de muros mentales y prejuicios, de miedos al Otro, y con una bandera ni fu ni fa rescatada en el Mundial de Sudáfrica por los Xavi, Iniesta y Casillas, y por decenas de miles de jóvenes que tomaron las calles. Un país-Titánic del que todos tratan de escapar encaramados en votos salvavidas: catalanes, vascos, españolistas. Se multiplican los dirigentes que calculan el rédito de cada abismo.

Vivo en un país con seis millones de parados, de tragedias familiares reducidas a una estadística, varado en una crisis ética en la que los corruptos ocupan cargos públicos, conservan el prestigio social, se presentan a elecciones y dan lecciones en unos medios de comunicación que pierden fuelle, periodistas y crítica, porque criticar resulta caro: exige pensar, decidir, correr riesgos.

Muchos se lanzaron a una irrefrenable compra de casas impulsados por la codicia ambiental, por unos bancos que regalaban el dinero y escondían la letra pequeña. Nos creímos ricos cuando solo estábamos endeudados. España se transformó en pocos años en un país sin pasado, sin pobreza, sin Los santos inocentes; un país nacido de la nada, una ilusión formada por gentes que se daban importancia en el caminar, al viajar transmutados en turistas altivos.

Vivo en país donde los desahucios son la imagen de la España egoísta, injusta, cruel, la de un sistema que no funciona porque es incapaz de proteger al débil, garantizar la igualdad ante la ley. Cada suicidio es un mazazo en la honestidad colectiva. Hay medios, más los televisivos, que convierten cada desgracia en carnaza de infoentertainment para subir la audiencia. No hay límites, todo vale. La inmoralidad no es solo un virus que afecta a políticos y banqueros, nos afecta a todos. A los silenciosos.


Vivo en un país acrítico e inmaduro, que confunde un programa basura con un informativo de la BBC.

Vivo en un país chato, poca cosa, en el que la clase política se ha reducido a una casta encerrada en un castillo, enrocada a espaldas de los ciudadanos, a su costa. Un clan que protege sus privilegios, los pluses por vivienda y sus vuelos en business ante cualquier petición de transparencia. Que escoge los miembros de los Supremos y los Constitucionales para blindar sus derechos. Todo es un juego de poder y dinero.

Pero en este país tenso, donde bulle tanta historia inacabada, tanta manipulación y tanta estupidez supina, está repleto de personas sanas que se empeñan en pelear cada día contra la España ruin, avara, cruel. En esta España de mercados, primas de riesgo, pelotazos, pérdida de derechos, ERE y recortes, de necios de cuello blanco, queda espacio para la utopía. Ese es el verdadero sueño: el triunfo de la España de los Quijotes.

R.L





viernes, 2 de noviembre de 2012

UN "TE QUIERO" AL NATURAL.

Aprovechas el silencio de esta noche para dormir tranquila, serena y feliz. Yo disfruto con tu respirar, dsfruto con tu cálido perfume, disfruto de tu entrañable forma de dormir. Disfruto contigo y también de ti. Aprovecho esta noche para escribir sobre ti, contigo a mi lado. Nunca podría haber imaginado una vida tan plena como la que tú sabes darme. Nunca hubiera imaginado que la palabra felicidad se pudiera escribir entre dos. Nunca hubiera imaginado momentos tan felices como los que juntos nos sabemos dar. Y eres TÚ la que me ha enseñado la plenitud de la vida, la que me ha enseñado a escribir FELICIDAD entre dos y la que me ha enseñado a compartir. Muchas cosas te debo y no sé si algún día podré pagar el precio tan alto que vale lo que por mi haces. Te veo dormir y descubro la silueta de una chica risueña, feliz, responsable...veo la misma silueta que en mis sueños imaginO vestida de blanco y en el altar. Me abrazas y te tapas. Te besó en la mejilla y se dibuja en tu rostro una cariñosa mueca de aprobación. Te susurró un "te quiero" y sigues durmiendo sin que ninguna preocupación ensombrezca tus dulces sueños. Hace ya varias noches que no descuelgo el teléfono para darte las buenas noches. Y la verdad, no lo extraño en absoluto. Últimamente me estoy aficionando más a los "te quiero y buenas noches" al natural. BUENAS NOCHES CARIÑO. TE QUIERO. ABRAZAME FUERTE HOY QUE PODEMOS.