martes, 24 de mayo de 2016

Andalucía. Tierra de grana y oro.



Un toro y el caballo. Y la vida, sin reloj, sin horario, sin fecha en el calendario.
La lluvia y su olor a tierra mojada.
Los atardeceres con sus farolillos. El viento y la historia, pasada.

La dehesa con su inmensidad.
El toro con su honestidad.
Los pastos rebosantes de vida. Ilusión. Y pasión.

El sur y su embrujo andaluz.
El punteo de su guitarra. El duende de esa mirada que encierra arte y tradición.
El sur y su traje de luces. El sur y sus mujeres, con sus trajes de lunares.

El cadencioso vaivén de unas alforjas al galope.
Pura raza.
Pura vida.

Amaneceres al refugio de la lumbre.
Atardeceres al relumbre del zarcillo de bellas muchachas.

Mi musa, la andalusí.
Por la que tantas lunas recorrí.
Por la que tantos soles defendí.

Aquella que exprime mi mas pura esencia.
La que enciende su sola presencia con una sevillana y ¡olé!
La misma por la que, en otras guerras, ya lloré.

Andalucía.
Eres bella, eres pura. Eres Virgen de las Armarguras.

Andalucía.
Eres fuego, eres campo. Eres fino y manzanilla.

Andalucía.
La misma a la que, cada noche, sueño que hago mía.

¡Anda, Lucía!

lunes, 2 de mayo de 2016

Amarte lleva parte de tu nombre.

Y comprender que tal vez, amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es el tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día...

Aunque tú digas que tienes corazón y sólo lo digas porque sientes sus latidos. Eso no es corazón; es una máquina que, al compás que se mueve, hace ruido.

Pero hay ocasiones en que no ves. No ves las cosas que tienes delante cuando lo único que buscas es algo o alguien a quien seguir. Ser feliz. Una felicidad que te enfada, te distrae. Una felicidad que te absorbe como una esponja. No la ves. Sólo ves lo que quieres ver, lo que necesitas, lo que te sirve.

Y poco a poco, disipo mis dudas. Ya no tengo remordimientos, ni sombras, ni pecado. Sólo tengo unas ganas enormes de volver a empezar y de ser un poco más feliz...tengo ganas de ti. Por todo lo que me he imaginado. Por todo lo que he soñado. Por lo que deseo. Tengo ganas de ti. Por lo que sé y sin duda, por lo que desconozco.
Porque has pasado a estar en el extraño equilibrio entre lo que quiero tener y lo que me asusta tener.

Pero te pienso en las noches. Porque sólo las noches te dan fuerzas para cambiar el rumbo de tu vida. Tan sólo necesitas saber que quieres cambiar y que el amanecer no llegue pronto. Y si lo hace, que te sorprenda bailando.

Por eso y por mas, subamos el volumen de ese sudor que me entra cuando jugamos al parchís. Y bajemos las persianas para que afuera siga siendo de noche.

Sólo puedo ofrecerte un caramelo, paraguas invisibles si hay tormentas y tejer con piel de sueños tu desvelo.
Pintarte un mar con olas y pecas, bajar tu falda sin subirte el velo.

Amarte como se aman lo amantes.

Porque un corazón sin cicatrices, no es un corazón vivido.