miércoles, 18 de mayo de 2011

Está prohibido llorar



Esperando la mañana de otra noche que se ha ido
sólo espero que el olvido no me vuelva nunca a mirar
nada más que decirte que sólo soy lo que he sido
un alegre triste herido de otra guerra sin final.
Por favor no digas nada, que está prohibido llorar.

Las canciones y sonidos que antes tú me regalabas
ahora son ruidos prohibidos que ya nunca escucharé
como nadie me acompaña he vendido mi cariño
he tirado mi palabra y alquilado mi destino
lo demás lo regalaba y nadie lo vino a buscar.

Esperando despertarme de otro sueño mal dormido
ahora quiero levantarme y que todo esté en su lugar
y algo más que pedirte que antes no te he pedido
y es que aún estés conmigo cuando vuelva a despertar.

Por favor no digas nada, que está prohibido llorar

"Los Secretos".

miércoles, 11 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

La sombra del olvido


De poco sirve el amor si después de acordado da dolor.

Aprovecha la edad temprana, que aunque inmadura y fugaz todo lo sabe sanar. Alíate con el paso del tiempo y aprende que todo en esta vida es pasajero, a excepción de nuestra querida amiga, la muerte. Ella juzga y te condena, y no podemos mas que que acatar la triste pena, con el recuerdo aún reciente, de un corazón imponente que lucha por no marchar.

Bebamos la vida en copas de champagne, y olvidémonos de cuando nuestra amiga nos vendrá a visitar.

Y pese a todo esto espero que sepas, que en el letargo de mi memoria, reservaré mesa en la ventana para recordar por los cristales de la edad, aquella maravilla de momentos que juntos nos supimos dar.

domingo, 8 de mayo de 2011

Albero, capote y burel...



¡Viva la madre

que te parió!

¡y viva Ronda!,

digo yo.

¡Ay Pedro Romero,

por tu culpa yo

me muero muero!


En la plaza de Linares

cuando más brillaba el sol

un toro negro de Miura

frente a frente lo mató.

Mejor torero de España

el mundo te consagró.

¡Ay Manuel, Manuel Rodríguez,

de los toreros la flor.


Capote de grana y oro

alegre como una rosa

que te abrías ante el toro

igual que una mariposa.

capote de valentía

de su vergüenza torera,

que a su cuerpo te ceñías

lo mismo que una bandera.

Como reliquia y tesoro

te llevo en el alma mía

capote de grana y oro.


El gentío que hay en la plaza
se encuentra a la espectativa
al ver en la comitiva
al torero Paulino Maza.

Busca el torero sin tropiezos
a la gitana Dolores,
aquella que mil sabores
le entregaba con sus besos.

Cuando el torero vió a su gitana
la cuadrilla detuvo el paseillo,
ella le mostró el anillo
y él... su mirada galana.

El sombrero que cubría sus sienes
el mataor, con garbo se quitó
y en profundo silencio pronunció:
Gitanilla... aquí me tienes.

Hacia atrás lanzó el sombrero
y el soberano sorprendío
observó con desespero
que el sombrero caía invertío.

¡Mal presagio!... se dijeron
los que entienden de estos casos,
hay toreros que murieron
de varios empitonazos.

Y Paulino el de Sevilla,
ofreció a su gitana
la faena, maravilla
de tradición sevillana.

Sale al ruedo un burel muy bien parao,
muy alegre y brincador,
y en el coso... el público entusiasmao
dá su aplauso atronador.

"Diablo", lleva por nombre
el cornúpeta rival,
¡Mal presagio...! para el hombre
esta es la segunda señal.

Toro y torero se miran
en el centro de la plaza,
en silencio dos seres suspiran:
el "Diablo"... y Paulino Maza.

El torero al toro invita
sacudiendo su capote
y el "Diablo" acude a la cita
con desgano y leve trote.

¡Mal presagio...! comentaron
mil personas en el coso
y en el torero notaron
su destino doloroso.

Un jinete sobre un corcel
salió por el burladero
para rejonear al burel
que se tornó culebrero.

LLegado el primer aviso
en las notas de una corneta
cada ¡olée! era un hechizo,
cada aplauso... alegría completa.

"Abanicos", "chicuelinas",
"media vuelta" y "de rodillas",
"desplantes", "manoletinas",
¡Paulino hacía maravillas!

LLegado el momento de suerte,
y con dos banderillas en mano
a Paulino llegó la muerte
luciendo un valor sobrehumano.

"Diablo" el corniveleto
brincador y frontizo
empitonó a Paulino completo
y en el aire lo deshizo.

Antes de caer al suelo
Paulino buscó a su gitana
y le dijo que allá en el cielo
continuaría su fiesta hispana.

El silencio se hizo en la plaza
para rendir un homenaje taurino
al mataor apellidado Maza
y cuyo nombre era Paulino.

La gitana besando el anillo
lloraba a solas su desconsuelo
porque su Paulino mostrando brillo
toreará desde ahora en el cielo.

Con mucho arte y olé...

Y es que nunca dejaste de sorprenderme.

Porque aún hoy recuerdo aquellas tardes de sol en las que tanto te gustaba remangarte los pantalones. Porque nos seguimos acordando de tus bollos para merendar, de las historias de safarí de mamá, de aquel 18 de Julio en el que juramos una inimaginable bandera...


Porque como "tatá", tú fuiste único.

De nuestras siestas a la hora de la siesta. De tus inventos a la hora del café. De tus historias de la guerra, y de tantas y tantas que deciste llevarte contigo.

Por todo ello, hoy decido compartir con los demás, alguna de las que tú decidiste compartir conmigo.

Un beso Curro.


Brindis Postumo
Cuando saliste a la plaza

como un sol en su apogeo,

siendo cumbre del toreo

lo eras también de tu raza.

Hoy la muerte te desplaza;

pero emplaza el hecho cierto

de tu recuerdo despierto,

que mantendrás en la lid

para ganar, como el Cid,

batallas después de muerto.


Romance de Valentía
Allí quedó entre las fieras,

ninguno le vio caer,

nadie rezó tan siquiera

ni un parenuestro po él.

Por él ninguna serrana

lloró de luto vestía,

por el ninguna campana

dobló, amaneciendo el día.

Pero en cambio, entre azucenas

y entre velas enrizás,

en San Fil la Macarena

si que lloraba de pena

por la muerte del chaval.

lunes, 2 de mayo de 2011

199 recetas para ser feliz


Cuando empezamos tenía 200.

Y parece que fue ayer cuando volviendo en ese tren todavía nos decíamos "te quiero". Parece que fue ayer cuando madrugábamos para pasarnos el día en la facultad, o cuando bajábamos por Zacatín en busca de alguna ganga en "Spagnolo" o de aquellos zapatos de los que te enamoraste en Mango...

Todavía mantengo fresco el recuerdo de aquel aeropuerto en el que dí el último adiós a una tierra a la que ya le toca cambiar. De aquella estación de autobuses en la que tú me diste tu último adiós, quizás sabiendo que ese si era el último. Una fría despedida, presagio de lo que se avecinaba.

Pero la vida es así, y por mucho que intentes cambiarla, de poco te puede servir. Llega un día en el que todos los planes se esfuman, desaparecen, se disuelven...y con ellos la ilusión, las ganas de pelear e incluso los buenos recuerdos.

Lo anhelado se desvanece y ahora sólo luchas por manterte erguido, porque el día culmine sin ninguna baja más, porque todo pase cuanto antes y porque en el capítulo último de este libro que un día escribimos, sólo quede el vivo recuerdo de lo que un día nos quisimos, por lo que un día luchamos y por lo que aquel día de tormenta te entregué.

Porque ya sólo me quedan 199 recetas para ser feliz.

Porque la 200 fuiste tú.
Ahora sí, me despido.