miércoles, 28 de octubre de 2015

Descubrir, despedirse y adiós.

A raudales.
Así corre la vida.
Y yo, por fin, delante.
Siempre delante.

Porque hay que descubrir qué latido queremos vivir.
Y yo, por fin, creo haber descubierto el mio.

Porque hay que descubrir que crecer es aprender a despedirse.
El día que descubres que te despides mejor que hace unos años, ese día, descubres que efectivamente estás creciendo.

Mi último tren salió en Agosto de hace un par de años. Compré el billete sin yo saberlo. No sé si con ella quererlo. El día del viaje no encontré el andén. Descubrí que los valientes nunca huyen de los lugares en los que han sido felices. Y de pronto, me di cuenta de que a mi, la cobardía, me empieza a quedar un par de tallas grandes.

Así fue mi despedida.

Aunque, tal vez, no exista una intimidad más grande que la de dos miradas que se encuentran con firmeza y determinación, y sencillamente, se niegan a apartarse. A despedirse.
Pero eso es magia. Y los que la tienen, no necesitan trucos. Sólo ellos están destinados a encontrarla.

Creo en las cosas concretas. No me suelo fiar de la gente que intenta venderme algo que no se puede comprar. Por eso, dudo de la felicidad y creo en la alegría. Por eso dudo de la libertad y no de la voluntad. No creo en la igualdad, si no es de oportunidades. No creo en la gente. Sí en las personas. Personas a las que abrazarte, a las que pones nombre y cara, sentimientos, duelos y cicatrices. Creo en Dios. Y en el alma. Aunque también creo que hay gente -no personas- que ya la han perdido para siempre. Que juegan a hacer como el Sheriff de Nottingham, que sacaba tajada hasta del que había sobrevivido...

A raudales.
Así corre la vida.
Y yo. También.
Corro a raudales de la gente que habla lento. Porque me dan ganas de acabarle las frases. Deberían emitir el trailer que van a decir y luego ya, decidir nosotros si queremos quedarnos a ver la película entera.

Estoy empezando a correr de la gente que llega siempre tarde a todos los sitios.Sois ladrones de un tiempo que ya no me volverá. No tengo la culpa de tu falta de previsión temporal. Por eso voy a empezar a darte menos minutos de margen. Me levantaré y me iré. Y ya quedaremos otro día que te vaya bien quedar bien. Portazo y ya. La vida no está para regalarla y precisamente por ello, muy poca gente se merece que me dedique a esperar.

Me estoy enamorando. Y es de mi existencia.
No quiero flirtear ni un sólo milisegundo con la arrogancia pero tampoco quiero bailar toda la noche agarrarrado a las faldas de la modestia.
No se trata de hacer todo lo que hago...levantarme, ducharme, peinarme, colonia, me visto y adiós, porque eso es jugar, todos los días, a lo que no soy. No se trata de ahogar las penas en el mejor licor, porque tarde o temprano aprenderán a nadar.

Se trata de vivir. Cada tic-tac es un segundo de la vida que pasa, huye y no se repite. Hay en ella tanta intensidad, tanto interés, tanta belleza, que el problema es sólo saberla vivir.

Es cuestión de cada uno, resolverlo como pueda.



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