La vida va de apuestas. Y esta noche puede que te toque perder a ti. Porque si tú pierdes yo gano y el trato está claro para los dos.
Y puede que al leer éstas letras pienses que el sobre lleva tu nombre. El remitente está claro y ni tú ni yo sabemos el porqué.
El caso es que hay veces que las cosas pasan porque tienen que pasar; sín embargo, otras ocurren porque somos nosotros - yo - los que con lápiz y papel redactamos el guión.
Y me hablas de un café, pero nunca de dónde ni de cuándo.
Y me cuentas que en Madrid eres feliz.
Y te digo - aunque siempre es en voz baja - que hay veces que te veo como una desconocida a la que tengo ganas de descubrir.
Y siempre es la comodidad que creemos poseer la que frena nuestros impulsos. Pero una persona que merece la pena jamás encuentra la comodidad en un lugar, sino en el camino. Y mucho me temo que yo, contigo, he empezado a caminar.
Y me dices, si te gusta, mírame.
Y te miro pero no me ves.
O al menos, cuando lo hago, tú te haces la dormida.
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